¡El cerebro de Einstein fue robado!
Cuando el famoso físico e inventor de la teoría de la relatividad, Albert Einstein, falleció en 1955 dejó instrucciones especíificas para tratar sus restos. Él no quería que su cadaver o su cerebro fueran analizados por científicos. Por esto, sus deseos eran que su cuerpo fuera incinerado y sus cenizas esparcidas discretamente.